lunes, 7 de diciembre de 2009

B-side alone



Siempre había tenido en cuenta que el hecho de escribir seguido era una actividad gratificante, algo que uno podría hacer sin mucho que pensar, un evento feliz. Al mismo tiempo que uno dice las cosas que piensa o le gustaría pensar, podría tal vez mostrar mensajes a personas que sé nunca me entenderán de esta forma, que quizá no se darían nunca el trabajo de leerme o que simplemente ya no están más.


Pensando un día de que entre muchas cosas tal vez nos quedaba la soledad como nuestro mutuo y último regalo, empecé a caminar sola, llevándome eso de ti conmigo, nunca habías sido exactamente lo que yo esperaba, o tal vez es solo lo que quiero pensar en este momento. Pero ahora que nuestras miradas traspasan nuestras habitaciones y sus vitrales sin ninguna dirección, reconozco que después de todo -sin disimular más- no fue tan malo. Tal vez no habrías podido encontrar eso que algunos llaman cierta luz o viento a tu favor, tal vez me perseguirías una vez más bajo las sombras de árboles solitarios en la tarde o intentarías de nuevo correr y tomar mi mano entre escaleras empinadas y calles vacías en la noche.

Ayer, me encontré frente a la duda de tu mirada, tu melancolía que creaba huidas al no hallarlas. Pasos de largo, caminatas rápidas sin dirección y entre la gente la inesperada sensación de tu curiosidad. No quieres saber más de mí y no sé si lo entienda del todo. No quieres saber más de mi y ni tú, ni yo podemos hacer nada en contra de eso.

Pero esta noche me vestiré de fiesta, tomaré mi paraguas y saldré a buscar tu silueta... alguna sombra perdida y pensativa. Fingiré que él me reconoce y lo convertiré en auténtico. Aunque no lo sabes, él es casi una sombra triste, solo necesito que olvide que no es mío, que olvide lo suyo, solo necesito que olvide quién era... Le pediré que exhale a suspiros lentos y entonces, solo entonces, será auténtico...

Cada día un poco más despacio pero sin embargo, siempre vuelvo a comenzar.

Inesperada sensación... Lo de ahora, lo de siempre, todo junto me hace delirar.



Mariella de Avellaneda

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