"Heidegger, acaso junto a Pascal, es uno de los pocos filósofos que ha tematizado el aburrimiento, el tedio. Ese estado en el que el tiempo transforma su marcha y pareciera desplazarse circularmente dejando al alma desprovista de su continuidad esencial. Se instala una fractura entre el yo y el mundo, nada parece ya poder interesar y no queda sino una inquieta y angustiosa expectativa. La escuela tiene un estrecho vínculo con el aburrimiento. Mejor dicho: la escuela aburre. Se ha separado penosamente el aula de la vida..."
(Fragmento)